Transformar nuestra sociedad, con perspectiva a crear un lugar más sostenible donde vivir, es el objetivo de nuestra comunidad. Fiel a este compromiso, buscamos forjar una mentalidad que mejore el contexto actual, pese al panorama desalentador.
Sabías que
Latinoamérica y el Caribe es una de las regiones del mundo que menos recicla, según el Banco Mundial, con solo 4,5% de su basura cuando el promedio del planeta es del 13,5%.
Esto se debe a que la mayoría de productos que hoy consumimos tiene un tiempo corto de vida, ya que muchos de ellos están diseñados para que duren un poco tiempo y así dinamizar el mercado y generar más empleo. Sin embargo, lo que no contempla esta forma utilitarista de producir es el residuo que se genera.
¿Y cómo interviene la economía circular?
Frente a esta situación, la economía circular, se plantea como una forma de impulsar el ahorro de recursos y energía creando productos que desde el diseño sean reutilizables, compostables y que se extienda el tiempo de vida de los mismos. O sea que estén hechos para no generar residuos y promover un circuito circular de consumo.
Sabemos que no podemos revertir las consecuencias de la contaminación causada por las toneladas diarias de desecho. Pero lo que podemos hacer, es cambiar los patrones de consumo, por ejemplo comprar una prenda que está hecha por personas que están privadas de su libertad y que a su vez este algodón haya sido cosechado sin insecticidas y que los campesino hayan recibido un pago justo por esta materia. Es decir, sumarnos a la tendencia de ver más que el costo, el valor social de lo que consumimos.
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