- James Valdivieso, estudiante de la carrera de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Continental, busca que más personas se protejan de la COVID-19 y eviten la contaminación ocasionado por el desecho de mascarillas.
- El empaque del producto es de papel biodegradable y la durabilidad de la mascarilla es de hasta seis meses.
Activando su Pensamiento Lateral, James Raúl Valdivieso Alarcón, estudiante de la carrera de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Continental; decidió reinventarse y salir adelante pese a las adversidades, desarrollando un emprendimiento sobre mascarillas ecológicas.
James, quien cursa en el cuarto semestre en la modalidad Semipresencial de la Universidad Continental, comenta que su decisión de formar la empresa Confematex se debe a la necesidad de tener mascarillas más seguras, personalizadas y con más tiempo de durabilidad.
Ante ello, Valdivieso junto a tres socios, emprendieron la confección de mascarillas personalizadas y amigables con el ambiente. Esta iniciativa contempla desde el empaque, que es de papel biodegradable y con un tiempo de vida más extenso para el producto, contribuyendo a disminuir notablemente la contaminación en el medio ambiente.
“Las personas deben entender que el uso de mascarillas es básico para evitar el contagio de la COVID-19, así que deben acceder a la más indicada para su protección. La mayoría que se encuentran actualmente en el mercado, son para un uso diario, las que ofrecemos pueden ser reutilizadas y lavadas con una duración máxima de seis meses”, señala el estudiante.
Además, cabe destacar que cada mascarilla elaborada se ajusta a la medida del rostro de la persona y actividad que desarrolle. Desde el número de ligas para sujetar, broches para oídos, cabeza y la edad del comprador.
“Nuestras mascarillas cumplen con las disposiciones que el Ministerio de Salud solicita, tienen las divisiones necesarias y material adecuado. A la fecha, hemos vendido mil unidades, siendo las instituciones las que más lo solicitan. Esto demuestra la calidad de nuestro producto”, puntualiza.
Actualmente, James trabaja en San Cristóbal (Yauli), ofreciendo mantenimiento eléctrico en el interior de una mina. Desde ahí evalúa y capacita, de manera virtual, a su personal y planifica la distribución. Asimismo, estudia con esmero en la modalidad Semipresencial de la Universidad Continental, demostrando que no existen barreras para continuar aprendiendo.
La Universidad Continental felicita a James por su espíritu emprendedor y resiliente, y por poner en práctica su Pensamiento Lateral para desarrollar una solución que atiende a un problema tan importante, creando impacto positivo para el Perú.